Cuando terminaba el curso, empezaba el verano y mi profe me daba el listado de piezas que iba a trabajar en el próximo curso, como un auténtico fanático me iba a la tienda de música a por ellas. No podía esperar empezar a estudiarlas y a tocarlas. Lo recuerdo como si fuera ayer, una vez en mis manos, no siempre el mismo día que iba a la tienda, abrir el libro, el olor a nuevo (que me apasiona) y empezar a descubrir la pieza y estudios tocando. ¡Qué recuerdos! No tiene precio aquellos momentos
Y ello me llevó al paso de los años a tener una colección impresionante de libros (y de discos) que al final ya no sabía donde meter en casa. Problema: el espacio.
Pero como todo en la vida evoluciona y con la revolución digital llegó el iPad y su Pencil con la versión Pro y ahí se me abrieron un mundo de posibilidades.
Desde entonces, uso el iPad como herramienta para tocar, digitar partituras, enviar a mis alumnos con indicaciones, tocar en conciertos y todo lo que te puedas imaginar. ¡Toda una revolución!
En mi caso, fue todo un reto ir digitalizando poco a poco las partituras, sin prisa pero sin pausa. Pero lo más gracioso fue que justo antes de la pandemia mundial de la COVID, unos meses antes, finales del 2019 principios del 2020 empecé de manera compulsiva a la digitalización masiva de TODO mi archivo de partituras y subido a la nube.
¿Qué conseguí con esto? Que en mi bolsillo llevo en todo momento mis partituras y en un momento dado puedo echar mano de ellas y con el iPad realizar anotaciones desde las APP’s especializadas para músicos y enviar a mis alumnos lo que necesiten.
En plena pandemia, cuando realizaba las clases de manera telemática, enviaba a mis alumnos copias en PDF con las explicaciones que les daba, con anotaciones en las partituras y así les era mucho más sencillo para mí hacerme entender de una manera tan novedosa. Los resultados, me dieron la razón ya que el resultado en un porcentaje altísimo fue muy bueno.
¿Qué necesito para poder realizar todo ello?
La inversión en principio puede dar un poco de vértigo pero ya son varios los compañeros y amigos que han seguido mis pasos y no pueden estar más contentos. La red de los músicos que nos pasamos a las partituras 2.0 sin necesidad de uso de papel cada vez es mayor. Y es que todo son ventajas. Ah, y no olvides que con los iPad Pro, con conexión USB-C podemos conectar Pendrives y pasar partituras de nuestros dispositivos portátiles de manera muy sencilla. Cada vez se parece más a un portátil pero con las ventajas de que es nuestra herramienta de trabajo, la partitura digital.
¿Lo volvería a comprar todo?
Sí, sin duda alguna.
¿Compraría el tamaño de 12.9″?
En mi caso no porque el de 11” me da mayor portabilidad y aunque es más pequeño y las partituras se ven algo más pequeñas, no veo necesidad del tamaño más grande. Para instrumentistas de cuerda, el de 11 lo veo IDEAL.
Espero que te animes a dar el salto porque cuando lo hagas, no vas a echar de menos el papel. Vas a ir mucho más ligero.
Saludos,
Carlos 😉