En el post Calentando motores, relajando motores os hablaba de la importancia de realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos. En este post quiero seguir apostando por la importancia de prepararnos a la actividad instrumental y a la relajación corporal tras la práctica.
Muchos de los problemas que solemos tener los instrumentistas de cuerda vienen originados por nuestra cabezonería de ponernos a tocar sin más y es importantísimo tener claro que nuestra herramienta principal de trabajo no es nuestra viola, nuestro violín, nuestro cello o contrabajo, sin duda alguna, es nuestro cuerpo. Cuando antes asimilemos esto, mejor será para nuestro cuerpo, y en consecuencia para la práctica instrumental.
En mi aula no me canso de repetir que si fuéramos deportistas de élite, estaríamos ya retirados de manera precoz y con una carrera profesional truncada antes de empezarla.
En este post quiero hablaros de algunas de las lesiones que tenemos los instrumentistas de cuerda. Algunas de ellas las he sufrido en primera persona y otras, por suerte y toquemos madera, no las he padecido.
Principales lesiones de los instrumentistas de cuerda y consejillos para evitarlas:
Es una de las más frecuentes. Se suelen padecer en ambos brazos. La actividad continua y repetitiva de nuestros movimientos hacen que suelan aparecer desgastes y congestiones. Por lo tanto, una manera importantísima de evitar este tipo de problemas será realizar movimientos de calentamiento tanto con las manos como con los brazos.
Mi consejo es que uséis para calentar una de esas pelotitas antiestrés para ejercitar previamente ambas manos. Hay que realizar ejercicios con los brazos para que entren en calor como por ejemplo movimientos de atrás hacia delante y lateralmente. Notaremos como también se activan los pectorales. Trabajamos con nuestro cuerpo, ¡¡¡cuidémoslo!!! (No me voy a cansar de repetirlo en este post).
Si os encontráis con el serio problema de la tendinitis, lo más importante es que vayáis a vuestro traumatólogo. Os marcará una serie de pautas y no tendréis más remedio que descansar un periodo de tiempo de la práctica instrumental. Esto es primordial ya que si seguimos castigando nuestro cuerpo lesionado, lo único que vamos a conseguir es empeorar la situación. Ir al fisioterapeuta también es primordial y su ayuda favorecerá nuestra recuperación de manera más rápida y correcta.
Es muy habitual notar la espalda en violinistas y violistas particularmente sobrecargada en ciertos momentos. Hay que tener muy presente que una buena posición corporal es fundamental para evitar este tipo de problemas.
Como ya he comentado anteriormente, y no me canso de repetir, prepararnos para realizar nuestra práctica instrumental es fundamental y nos va ayudar en la misión de evitar lesiones. Y es que una contractura muscular en la espalda es muy habitual y al mismo tiempo muy dolorosa.
De la misma manera que es aconsejable calentar y estirar, también es muy recomendable realizar deporte. Recuerdo que durante mi época de estudiante tenía muy a menudo contracturas musculares. Cambié de fisioterapeutas buscando soluciones “mágicas” pero ese no era el problema. En cierta medida vino la solución mágica cuando una fisio, la cual sigue siendo hoy mi fisio, me aconsejó aumentar masa muscular y además practicar natación ya que para la espalda es un deporte muy aconsejable. En la época de estudiante, sobre todo en la de estudios superiores y posteriormente preparación de oposiciones, no suele haber demasiado tiempo libre. Pero tenemos que hacer un esfuerzo por encontrar un hueco, a ser posible mínimo dos o tres veces por semana para realizar ejercicio físico. Nos va a venir genial en todos los aspectos. Por una parte nos va a beneficiar mentalmente ya que será una vía de escape para quemar situaciones de estrés del estudio. Probado científicamente está que la realización de deporte nos ayuda tanto a nivel físico como a nivel mental. Pero en nuestro caso, la parte más importante es que nos va a reportar una serie de beneficios en forma de aumento de masa corporal que será vital para soportar nuestras sesiones de práctica instrumental y evitar de ese modo la aparición de contracturas musculares.
Uno de los casos más habituales es tener algún tipo de molestia en el cuello. En el caso de violinistas y violistas, al tener nuestro punto de contacto entre el mentón y la clavícula izquierda, el cuello es uno de los puntos del cuerpo a tener en cuenta. Existen ejercicios de precalentamiento como realizar movimientos circulares de derecha a izquierda, de manera muy lenta. Luego se realizarán en sentido contrario. De esta manera entraremos en calor en la zona y también nos servirá para relajar la zona. Una vez terminemos la práctica instrumental, tenemos que cuidar el cuello realizando estiramientos. Unos que realizo a menudo son los siguientes y siempre frente al espejo para asegurarnos que mantenemos una posición erguida del tronco del cuerpo:
De la misma manera que solemos tener problemas de tendinitis en ambos brazos, tenemos un problema añadido sobre todo en la mano derecha, la mano del arco. Todos los movimientos que realiza nuestro cuerpo en cuanto a la práctica instrumental se refiere son muy repetitivos y con el tiempo podemos tener problemas aún manteniendo precauciones. Uno de ellos que suele aparecer son los problemas en las muñecas. Personalmente he sufrido esta lesión. De un día para otro, al levantarme noté como mi muñeca estaba un poco hinchada (mi cuerop estaba mandándome señales). No le di demasiada importancia. Estaba preparando oposiciones y tenía que seguir sí o sí. Y mi cuerpo reaccionó forzándome a parar a las malas. No hice caso al aviso y el problema se hizo más serio. El hinchazón fue tal al día siguiente del aviso y tras una larga sesión de estudio, que me era imposible flexionar la muñeca. Era como si no tuviera la articulación. Solución: más de dos meses en reposo absoluto, sin poder tocar y con rehabilitación, infiltraciones y mucha paciencia. Finalmente se solucionó y ese año aprobé las oposiciones. Todo es cuestión de constancia pero es muy importante aprender a escuchar a nuestro cuerpo y hacer caso a las señales que nos manda. Tal vez si hubiera descansado un par de días de la viola, mi cuerpo lo hubiera agradecido (y mentalmente también hubiera sido un acierto). Hay que aprender a equilibrar todo en la vida 😉
Tenía este post en la lista de tareas pendientes. Y me he visto forzado a hacerlo ahora ya que esta última lesión es la que he sufrido en las últimas tres semanas. Tenía un pequeño quiste en la zona de contacto de la viola en el cuello. Estaba ya planificada una intervención ambulatoria un martes. Dos días antes, mi querido quistecito, pequeñito, tuvo la gran ocurrencia de infectarse y crecer y crecer,… Tres semanas de antibióticos para eliminar la infección. Se ha resistido y ha tenido que ser drenado para poder estabilizarlo.
Ahora su tamaño es mucho mayor y de ser una simple intervención en la consulta del dermatólogo, será una intervención quirúrgica con el cirujano maxilofacial.
Moraleja: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Nunca veía el momento de pasar por la consulta y quitarlo y evitar lo que terminó pasando.
Estos bultitos suelen ser muy habituales en la zona de contacto del violín o de la viola. Hay quien se pone un pañuelo para protegerse del contacto, pero personalmente nunca e he sentido cómodo con ello. Me gusta sentir el contacto con la viola lo más directamente posible.
Pero como siempre, hay que intentar buscar el momento, parar de tocar y dedicar más atención a nuestro cuerpo.
En el caso de los violonchelistas, pueden llegar a sufrir este problema en su zona de contacto que se localiza en el centro del pecho. Algún compañero ha tenido este problema y desde entonces usan una especie de cojín pequeño, que lo ponen colgando entre el mango del cello y el apoyo del cuerpo.
En resumen, y como experiencia final a todo este post. Hay que tener claro que nuestro verdadero instrumento somos nosotros mismos, que tenemos que cuidarlo. Por nuestra vida profesional pasarán diversas violas, diversos violines, diversos violonchelos o contrabajos, pero cuerpo físico, solo tenemos uno. Cuanto antes aprendamos esto y antes nos ocupemos de él que de nuestro instrumento musical, mejor nos irán las cosas en el terreno físico, musical y mental.
No olvides antes de empezar a tocar calentar tu cuerpo, comprobar tu colocación corporal tanto si tocas de pie como sentado (siempre en posición erguida y relajada) y al finalizar la práctica preparar tu cuerpo para el descanso con ejercicios de estiramiento y relajación.
Mens sana in corpore sano 😉
2 Comments
Buen artículo. Es verdad que, muchas veces, le damos más importancia a la práctica que al calentamiento previo, cuando, si eso provoca lesiones, nos haga parar un tiempo. Además, un buen calentamiento hace que nuestros dedos respondan mejor y todo sea más fácil.
Hola David,
Muchas gracias por tu comentario. Completamente de acuerdo con todo ello.
Un saludo 😉